El Hospital Universitario de Toledo implanta un nuevo dispositivo para mejorar la capacidad física y calidad de vida de los pacientes con insuficiencia cardiaca
La Unidad de Insuficiencia Cardiaca del servicio de Cardiología del Complejo Hospitalario Universitario de Toledo, acreditada como excelente por la Sociedad Española de Cardiología, se puso en marcha en el año 2017 y desde entonces ha atendido a más de mil pacientes con insuficiencia cardiaca.
Toledo, 6 de agosto de 2024.- Los servicios de Cardiología, Cirugía Cardíaca y Anestesiología del Complejo Hospitalario Universitario de Toledo, dependiente del Servicio de Salud de Castilla-La Mancha, han implantado por primera vez un dispositivo que sirve para mejorar la vida de los pacientes con insuficiencia cardiaca.
La doctora Carolina Robles Gamboa, responsable de la Unidad de Insuficiencia Cardiaca del Hospital Universitario de Toledo, explica que se trata de un estimulador de los barorreceptores carotídeos que son unas terminaciones nerviosas situadas en el cuello, a nivel de la carótida, que controlan importantes funciones vitales como la tensión arterial o la frecuencia cardiaca.
Dando pequeñas descargas eléctricas en estas terminaciones se consigue mejorar la presión arterial, la frecuencia cardiaca y la respuesta de otras funciones cardiacas deterioradas en los pacientes que tienen insuficiencia cardiaca. Esto se traduce en una mejora de la capacidad física, una reducción de los ingresos por descompensación de insuficiencia cardiaca y una mejoría de la calidad de vida de estos pacientes.
Hasta el momento se ha implantado a dos pacientes de la provincia de Toledo, siendo el Hospital Universitario de Toledo pionero en esta técnica, llevada a cabo con éxito por primera vez en Castilla-La Mancha, lo que sitúa al centro al frente de la oferta de terapias para los pacientes con insuficiencia cardiaca en nuestro país.
El dispositivo se implanta en quirófano por parte de los cirujanos cardiacos y bajo anestesia general. Consta de un electrodo implantado en la pared de la arteria carótida, cerca de la bifurcación, a través de una incisión quirúrgica en cuello y que se conecta a un generador de impulsos eléctricos, alojado en zona pectoral.
Los impulsos estimulan el receptor carotídeo permitiendo una bajada controlada de la presión arterial y de la frecuencia cardíaca, lo que redunda en beneficio de los pacientes con insuficiencia cardíaca e hipertensión arterial refractaria.
La Unidad de Insuficiencia Cardiaca del servicio de Cardiología del Complejo Hospitalario Universitario de Toledo, acreditada como excelente por la Sociedad Española de Cardiología, se puso en marcha en el año 2017 y desde entonces ha atendido a más de mil pacientes con esta patología.
Se centra en el seguimiento y tratamiento de personas que tiene la función cardiaca disminuida, y esto limita mucho su vida, teniendo descompensaciones frecuentes que les llevan a ingresos hospitalarios repetidos.
La doctora Robles Gamboa explica que en la unidad se ajusta el tratamiento médico específico al paciente y se valora el implante de dispositivos (desfibriladores, terapia de resincronización cardiaca, estimulador de barorreceptores) con lo que se mejora la supervivencia y calidad de vida de las personas, a la vez que, si está indicado, se incluyen en el programa de Rehabilitación Cardiaca en insuficiencia cardiaca.
La insuficiencia cardiaca se define como el fallo del corazón para bombear la sangre al resto de órganos. Se caracteriza por fatiga importante, cansancio y piernas hinchadas, síntomas que no permiten a los pacientes llevar a cabo una vida normal, provocándoles, además, ingresos recurrentes por descompensación (retención de líquidos a nivel pulmonar) y disminución de la esperanza de vida.
Actualmente, un 6,8 por ciento de la población española mayor de 45 años sufre insuficiencia cardiaca, lo que representa un total de 1.320.376 personas, y su incidencia aumenta con la edad llegando a afectar entre un 15 y un 20 por ciento de personas mayores de 85 años.
Además, según la Sociedad Europea de Cardiología se prevé que esta prevalencia se incremente hasta un 25 por ciento en el 2030 como causa directa del envejecimiento de la población y el aumento de los factores de riesgo. Además, la insuficiencia cardiaca es la causa más frecuente de hospitalización en nuestro país en mayores de 65 años.