El presidente ha reclamado que, igual que la Carta Magna reconoce que no puede haber territorios más privilegiados que otros, “no debería haber artículos de primera ni artículos de segunda”. Así, ha abogado porque los derechos que mucha gente ha considerado que eran “más protocolarios que reales” como el derecho al trabajo o a una vivienda digna”, “vuelvan a valer lo mismo que en 1978”.