“En este retrato, nosotros no podemos asumir ni defender, al contrario, lo vamos a combatir, el que ningún chico o chica tenga más derecho a tener estudios superiores según donde viva. La singularidad está muy bien para el clima, para la geografía, pero no para los derechos; éstos tienen que medirse por un rasero de igualdad. Y más cuando estamos avisados de que, como nosotros mismos queremos tener más, yo lo entiendo. Yo no combato a los quieren tener más financiación, sino a los que quieren tener más que los demás, por el simple hecho de que todos tenemos el mismo derecho, el que nos consagra la Constitución española y que nos ha dado pie a tener un estado autonómico que apuesta por sus universidades y de la que nos sentimos orgulloso y a la que necesitamos”.