Incluso a los efectos de redundar en la unidad del conjunto de España, es necesario que podamos defender cada uno en su territorio los intereses sin que eso perjudique al conjunto, porque es mucho más grave que solo algunos lo defiendan desde su territorio y el resto estemos de brazos cruzados. La diferencia no nos hace más débiles, la desigualdad sí y el que la confunde o quien quiere la diferencia para convertirse en algo privilegiado, o ser más, o tener más, no sólo va contra el ideario cristiano, sino también contra el que me hace a mi estar en la política. Y, además, va en contra del concepto elementa de unidad. Parece bastante absurdo que en España se discuta este asunto cuando la estamos reclamando en Europa el mundo entero.