El Plan Integrado de Gestión de Residuos de Castilla-La Mancha contempla entre sus programas específicos uno dedicado a los residuos de envases y embalajes. Son unos residuos con una problemática específica, a los que la política europea en materia de residuos presta una especial atención, dedicándoles una Directiva ya desde 1994 (Directiva 94/62/CE del Parlamento Europeo y del Consejo, de 20 de diciembre de 1994, relativa a los envases y residuos de envases).
 
A nivel estatal, el esquema de su gestión viene definido tanto por la Ley 22/2011, de 28 de julio, de residuos y suelos contaminados, como por la Ley 11/1997, de 24 de abril, de envases y residuos de envases.
 
En líneas generales la gestión de estos residuos está sujeta a la responsabilidad ampliada del productor, que otorga a los productores que ponen en el mercado envases o productos envasados un protagonismo esencial tanto en la prevención de la generación de residuos de envases como en su gestión adecuada, de acuerdo con la jerarquía de gestión de residuos. Esta responsabilidad ampliada puede ejercerse de forma individual por parte de cada productor, o de forma colectiva por medio de los denominados Sistemas Colectivos de Responsabilidad Ampliada del Productor (SCRAP).
 
En Castilla-La Mancha existen actualmente cinco SCRAP autorizados en materia de residuos de envases:
 

• ECOEMBES, para envases ligeros domésticos
• ECOVIDRIO, para envases de vidrio domésticos
• SIGFITO, para envases de productos fitosanitarios
• SIGRE, para medicamentos y envases de medicamentos
• AEVAE, para envases de productos fitosanitarios.

 
Los objetivos y medidas propuestos en este programa se centran por un lado en la prevención, procurando disminuir la cantidad de residuos de envases generados, y por otro en la gestión de los residuos generados, procurando reciclar la mayor cantidad posible de materiales contenidos en dichos residuos.