LOS ALÉRGICOS A LAS GRAMÍNEAS PUEDEN SUFRIR CRISIS A LO LARGO DEL AÑO, CADA VEZ QUE HAYA TORMENTAS
Un total de 400 pacientes recogieron diariamente sus síntomas y consumo de medicación entre 2003 y 2004, demostrando que no sólo sufrían crisis asmáticas en mayo y junio, meses de la polinización de las gramíneas, sino también en cualquier época del año en que sucedían tormentas.
El Servicio de Alergología del Hospital General de Ciudad Real, dependiente del Gobierno de Castilla-La Mancha, ha concluido un trabajo de investigación, financiado por el SESCAM, el Hospital General de Ciudad Real y el Hospital Santa Bárbara de Puertollano, según el cual las personas alérgicas a las gramíneas pueden sufrir crisis de asma a lo largo del año, siempre que haya tormentas.
Durante los años 2003 y 2004, el Servicio de Alergología del centro hospitalario ciudadrealeño, dirigido por el Dr. Francisco Feo Brito, obtuvo datos diarios de la concentración de pólenes a través de la instalación de un colector de alto volumen en el centro de la capital, que aspira 60 litros por minuto y retiene las partículas atmosféricas en un filtro.
Este filtro se renovaba diariamente y después se analizaba el contenido de los alérgenos de las gramíneas diarias, que son las proteínas del polen que desencadenan la respuesta alérgica. También se entregaron cartillas a 400 pacientes que diariamente anotaron sus síntomas y consumo de medicación.
El trabajo de investigación tomó como base las conclusiones del mapa polínico de la capital, llevado a cabo en 1995, mediante el análisis de 150 cartillas de pacientes alérgicos a pólenes, que determinaba que las gramíneas eran la especie más relevante en Ciudad Real debido a la alerginicidad de sus pólenes y a su extensa distribución vegetal. Otra conclusión que se recogía era que no todos los pólenes tienen capacidad de provocar síntomas alérgicos y no todos tienen la misma potencia alergénica.
Así, se comprobó que el polen de encina alcanza concentraciones muy elevadas y carece de actividad alergénica o que se precisan 200 gramos de polen de olivo por metro cúbico de aire para inducir síntomas en la mayoría de las personas sensibilizadas, pero sólo 15 gramos de quenopodiáceas (cenizos, salsola) para provocar las mismas molestias en los alérgicos.
Pero una observación frecuente entre pacientes y alergólogos concluía en que la concentración atmosférica de gramíneas y los síntomas de los pacientes no siempre coincidían.
Esta falta de concordancia se ha intentado responder con distintos argumentos. Por una parte, se ha tratado de explicar desde el punto de vista anatómico, ya que es un hecho que el tamaño de los pólenes de gramíneas es demasiado grande (20-30 micras) para provocar directamente los síntomas de asma en los bronquios distales (1-2 micras), ya que deben liberarse partículas de menor tamaño para producir esa respuesta.
Ruptura osmótica de los pólenes
Igualmente es también conocido que cambios bruscos meteorológicos, como son las tormentas, pueden provocar la ruptura osmótica de los pólenes de gramíneas y liberar hasta 500-700 partículas de almidón con toda la capacidad alergénica de los pólenes y con una mayor penetrabilidad en el aparato respiratorio.
Los resultados del trabajo de investigación realizado por el Servicio de Alergología del Hospital General de Ciudad Real, muestran que la relación de síntomas es más estrecha, con un 76% de correlación, que los granos de polen, que presentan un 62%, dando explicación a la discordancia que en ocasiones se observa entre los pacientes.
Así, en días de lluvia, la concentración de granos de polen cae bruscamente, pero los alérgenos y los síntomas de los pacientes persisten. Pero quizás, el hecho más relevante es la presencia de alérgenos sin granos de polen, síntomas sin polen ambiental, como sucede en los meses de octubre y noviembre y en relación con las tormentas.
Algunos pacientes alérgicos a gramíneas, referían en las cartillas entregadas, síntomas en estas fechas. Los investigadores llegaron a pensar que se trataba de nuevas sensibilizaciones, repitiendo test cutáneos y comprobando que sólo eran alérgicos a gramíneas.
La respuesta que ha dado el trabajo de investigación es que los alérgenos de gramíneas pueden volver a la atmósfera en otras épocas del año, distintas de los meses en que se realizan la polinización de las gramíneas, como son mayo y junio, coincidiendo con cambios bruscos meteorológicos, como son las tormentas.