HERRERO SUPERVISA EL “BUEN ESTADO DE EJECUCIÓN” DE LAS OBRAS PARA RECUPERAR LA CRIPTA DEL PANTEÓN DUCAL DE LA IGLESIA DE SAN FRANCISCO
Estos trabajos pretenden evitar las humedades y recuperar la mayor parte de los mármoles que aún conserva el edificio, similar al Panteón de Reyes del Escorial, donde se está trabajando “casi con mimo, para devolverle el brillo y el esplendor que tenía esta iglesia de Guadalajara”.
La consejera de Cultura, Turismo y Artesanía, Soledad Herrero, ha podido comprobar a el “buen estado de ejecución” de las obras de recuperación de la Cripta del Panteón Ducal de la Iglesia de San Francisco, en Guadalajara, un trabajo del que “estamos satisfechos” y que “previsiblemente terminará a lo largo de este año”, ha indicado.
La restauración de este lugar “es casi un sueño” y “aunque no muchos guadalajareños lo conocen, sentimentalmente está unido a nuestra vida, a nuestra historia y a nuestra cultura”, ha señalado la consejera acerca de este “pequeño panteón ducal de los Mendoza, tan unido a la historia de Guadalajara y a la historia de España”.
Su restauración está siendo posible gracias a la colaboración de los Gobiernos de España y de Castilla-La Mancha, a través del programa 1% Cultural, y para el que se han destinado 667.000 euros.
En la visita a estas obras que comenzaron en febrero, también ha estado presente el delegado diocesano de Patrimonio en la provincia, Luis Herranz, quien ha agradecido y reconocido la labor “a las instituciones que están aportando su generosidad y cuantía económica, para la rehabilitación de este edificio tan emblemático en Guadalajara y tan querido por los ciudadanos”.
Por su parte, el arquitecto encargado de la obra, Juan de Dios, ha destacado la importancia de esta intervención en la cripta, que es “muy pequeña en cuanto a superficie de ocupación, pero una auténtica joya que merece cualquier esfuerzo que hagamos y que cuando esté terminada, todos los habitantes de Guadalajara, de la Comunidad Autónoma, y todos los que nos visiten podrán acercarse a contemplar”.
La “riqueza impresionante” de este panteón, se ha visto deteriorada no sólo por el paso del tiempo, sino también por la humedad. Por eso, tal y como ha explicado el arquitecto, “mediante la intervención en el suelo del claustro y del exterior de la cripta, vamos a intentar reconducir esas aguas para impedir que se metan dentro del edificio y sigan deteriorando los mármoles”.
Pero además de evitar las humedades, también se va a intentar recuperar la mayor cantidad de los mármoles que aún se conservan, “que en su gran mayoría son los originales del propio panteón y sobre los que estamos trabajando casi con mimo, puliendo las superficies para devolverles el brillo y el esplendor que tenían”, ha indicado el arquitecto.
La cripta está considerada como una interpretación del Panteón de Reyes del Escorial, donde todos los paramentos, todos los suelos y techos están hechos en mármoles rojos, grises, blancos, alabastros dorados…, por lo que ésta “tiene un gran valor artístico y será visitable cuando esté restaurada”, ha indicado la consejera, quien ha recordado que esta intervención forma parte del Plan Director para la restauración del Monasterio de San Francisco y la Cripta del Panteón Ducal.
Gracias a esta colaboración estrecha de los Gobiernos de España y de Castilla-La Mancha, “poco a poco nuestro patrimonio va a lucir con todo su esplendor”, ha indicado Herrero, que ha recordado las dos obras finalizadas en la provincia de Guadalajara con cargo al programa 1% Cultural. Se trata de la intervención en el castillo de Zorita de los Canes y en el Monasterio de Monsalud, en Córcoles, donde se ha realizado una inversión superior a 1,4 millones de euros, de los que el Gobierno de Castilla-La Mancha ha aportado más de 525.000 euros.
En la visita de esta mañana al que fuera cuartel general de los franceses durante la Guerra de la Independencia y donde estuvo el padre del novelista Víctor Hugo, también han estado presentes la delegada de Cultura, Turismo y Artesanía en la provincia, Riánsares Serrano; el gerente de Azuche, la empresa constructora; la restauradora Cecilia Hernández y el párroco Agustín Bugeda.
Mandada construir a finales del siglo XVII por el décimo Duque del Infantado, Juan de Dios de Silva Haro y Mendoza, la cripta fue obra de Felipe Sánchez y Felipe Peña, y su construcción culminó en 1728. Tal y como ha indicado el arquitecto encargado de las obras de restauración, éste ha sido “un panteón donde se entierra quizá, a la familia más importante de la nobleza española, un pequeño joyero donde los arquitectos del momento depositaron una gran parte de los conocimientos que tenían”.