El Plan Estratégico de Cultura de Castilla-La Mancha impulsará el reconocimiento de la cultura como un derecho y como una oportunidad
El consejero de Educación, Cultura y Deportes, Ángel Felpeto, ha destacado que este Plan marcará los objetivos y el rumbo de la política cultural de Castilla-La Mancha.
El Plan contiene 108 programas, 46 planes de acción y 6 objetivos estratégicos, y en su desarrollo, eminentemente participativo, han colaborado durante estos casi dos años cerca de 100 profesionales de todos los sectores de la cultura.
Toledo, 27 de febrero de 2017.- El Plan Estratégico de Cultura de Castilla-La Mancha marcará los objetivos y el rumbo de la política cultural de nuestra región, al tiempo que obligará a entenderla como un derecho y a situarla en un primer plano para el desarrollo social y económico de los habitantes.
Así lo ha destacado el consejero de Educación, Cultura y Deportes, Ángel Felpeto, durante la presentación, en el Museo de los Concilios y la Cultura Visigoda de Toledo, del Plan Estratégico de Cultura, en un acto que ha estado presidido por el presidente regional, Emiliano García-Page, y en el que ha estado acompañado, entre otras autoridades, por el viceconsejero de Cultura, Jesús Carrascosa.
Durante su intervención, el consejero ha reconocido que con este Plan se pretende diseñar un modelo que combine austeridad y eficacia para la recuperación de todos los recursos humanos y materiales perdidos en los últimos años.
Al hilo de esto, el consejero ha destacado que el área de Cultura contará en 2017 con más de 32 millones de euros, lo que supone un 23 por ciento más que en la anterior legislatura. En concreto, el programa de libros, archivos y bibliotecas, con un 8,10 por ciento más, y el de gestión cultural con un 20 por ciento más.
El Plan Estratégico de Cultura
El Plan Estratégico de Cultura es una herramienta que reúne una serie de principios, objetivos, estrategias y metas para marcar el rumbo de la política cultural de Castilla-La Mancha. En concreto, contiene 108 programas, 46 planes de acción y 6 objetivos estratégicos.
Este instrumento de y para la cultura busca reafirmar el valor de la misma como derecho, haciéndola accesible a todos los castellano-manchegos, así como situarla como oportunidad para el desarrollo social y económico de los habitantes de Castilla-La Mancha y potenciar su papel mediante la coordinación de las entidades y agentes que intervienen en ella.
También persigue crear modelos que faciliten y aseguren la participación efectiva de la sociedad civil en su desarrollo, procurar la formación permanente de todos los que intervienen en su campo y conservar el patrimonio cultural de la región como vía para crear nuevas señas de identidad.
Está diseñado con un horizonte temporal estructurado en tres partes: horizonte próximo, acciones ejecutadas desde mayo de 2015 y durante el año 2016; horizonte 2019, programas con inicio en 2017 extensibles hasta junio de 2019; y horizonte 2025, acciones con resultados esperados a largo plazo. El Plan Estratégico de Cultura de Castilla-La Mancha pretende financiarse con el 1% Cultural, con el mecenazgo cultural y el propio presupuesto de la Junta.
En su desarrollo, eminentemente participativo, han colaborado cerca de 100 profesionales de todos los ámbitos de la cultura y el territorio, que han elaborado esta estrategia con las aportaciones de ocho comisiones sectoriales celebradas en estos casi dos años de diseño y composición.
El Plan, en su propia naturaleza, incluye diferentes herramientas para la evaluación de su desarrollo e implementación, desde el Observatorio de Políticas Culturales, que se utilizarán como mecanismos para ir realizando el seguimiento necesario, a través del Foro Social de Cultura, y en su caso incluyendo las medidas correctoras pertinentes.
El último y único Plan Estratégico de la Cultura de Castilla-La Mancha data de 1997. Veinte años después se ha diseñado este documento o guía de ruta de la cultura pretende ser, en resumen, realista a la situación actual y mirar al futuro con optimismo para recupera poco a poco lo perdido en materia de cultura.