El Hospital de Puertollano pone en marcha una unidad de diagnóstico ecográfico y tratamiento mínimamente invasivo de patologías osteoarticulares
El centro sanitario está introduciendo el tratamiento mediante lavado ecoguiado de la tendinopatía calcificante de hombro, así como las infiltraciones corticoanestésicas ecoguiadas.
Además de limitar el movimiento, la tendinopatía calcificante causa mucho dolor, sobre todo por la noche, por lo que es muy difícil mantener un sueño reparador.
Puertollano (Ciudad Real), 19 de octubre de 2024.- El Servicio de Salud de Castilla-La Mancha ha puesto recientemente en marcha una unidad de diagnóstico ecográfico y tratamiento mínimamente invasivo de patologías osteoarticulares en el Hospital ‘Santa Bárbara’ de Puertollano.
La primera patología que está tratando esta nueva unidad, al frente de la cual está la radióloga Ana Vidal, es la tendinopatía calcificante, que consiste en la aparición de calcificaciones en los tendones y cursa con episodios de dolor. Con el paso del tiempo, el propio cuerpo reabsorbe estas calcificaciones, pero es un proceso muy doloroso y que puede tardar varios años.
Aunque puede aparecer en otras articulaciones como el codo o la cadera, la gran mayoría de casos de tendinopatía calcificante afectan al hombro. Además de la limitación de movimiento, causa mucho dolor, sobre todo por la noche, por lo que las personas que la padecen tienen muchas dificultades para conciliar y mantener el sueño.
Hasta ahora no se ha podido determinar con certeza la causa de las calcificaciones, si bien se sospecha de un componente genético así como hormonal, ya que esta patología es más frecuente en mujeres de mediana edad y en personas con tendencia a desarrollar cálculos renales y calcificaciones en otras localizaciones, por lo que probablemente influyen otros elementos del metabolismo del calcio. Estas calcificaciones no resultan dolorosas mientras se desarrollan, sino que el dolor aparece cuando el cuerpo inicia el proceso de reabsorción y genera de forma secundaria una reacción inflamatoria en la zona.
El tratamiento consiste en la punción guiada por ecografía de la calcificación, inyectando y aspirando suero mediante una jeringuilla y realizando una fragmentación por presión. Así, “aceleramos la fragmentación y extraemos parte del calcio, acortando el proceso de reabsorción; a continuación, hacemos una infiltración corticoanestésica en la zona para controlar el dolor y la inflamación, de tal forma que la enfermedad dura mucho menos tiempo, consiguiendo en la mayoría de los casos una mejoría clínica importante”, ha explicado Ana Vidal.
La novedad estriba en que estas infiltraciones se realizan de forma dirigida. La doctora Vidal las aplica apoyándose en la imagen que proporciona el ecógrafo: “la calcificación se visualiza en la pantalla durante todo el procedimiento para a continuación guiar la infiltración corticoanestésica a la zona donde se desea administrar la medicación, justo alrededor del tendón”.
La jefa del servicio de Radiología del ‘Santa Bárbara’, Teresa Gómez San Román, ha incidido en las ventajas de estas infiltraciones guiadas y apunta que “hay patologías osteoarticulares en las que la ecografía es más resolutiva que la resonancia y la tendinopatía calcificante es una de ellas. Además, con el ecógrafo puedes visualizar todo el procedimiento en tiempo real, algo que no puedes hacer con una resonancia”.
El efecto de la infiltración dura unos dos meses, que es cuando el paciente vuelve a consulta y se valora si es necesario repetir el procedimiento o puede ser dado de alta. Las infiltraciones intentan limitarse a un máximo de cinco anuales, con al menos dos meses de intervalo entre ellas, para minimizar los posibles efectos secundarios de los corticoides.
Por el momento, en Puertollano sólo se están tratando tendinopatías de hombro y, según la doctora Vidal, los pacientes se están mostrando muy satisfechos con los resultados. Ahora, ha añadido, “esperamos que se nos soliciten infiltraciones de otras articulaciones porque también son útiles para el tratamiento de la artrosis y otros procesos inflamatorios articulares y de partes blandas. Por ejemplo, hay pacientes con dolor de cadera secundario o artrosis en fases iniciales que son muy jóvenes para una prótesis y con las infiltraciones se puede llegar a controlar el dolor durante años”.