La Consejería de Sanidad, a través de la Dirección General de Consumo, informa que se ha restringido al uso profesional la venta de desatascadores líquidos a base de ácido sulfúrico en proporción igual o mayor al 15%.

Esta decisión se ha adoptado tras un dictamen requerido a la Comisión Técnica para la Seguridad General de los Productos, ante las numerosas denuncias remitidas al Instituto Nacional del Consumo y tras los casos de accidentes registrados por el Servicio de Información Toxicológica.

Los desatascadores a base de disoluciones muy concentradas de ácido sulfúrico desprenden gran cantidad de calor al contacto con agua, lo que puede proyectar el ácido y producir quemaduras en la cara, ojos y brazos del usuario, así como en las fibras textiles o en el mobiliario.

Aunque dichos productos cumplan la normativa sobre sustancias peligrosas en cuanto a advertencias y etiquetado, seguirán presentando riesgos, puesto que una de las frases obligatorias de la seguridad "No echar jamás agua al producto" es incompatible con la también obligada necesidad de aclarar con agua al acabar de usar.

Por todo ello, resulta aconsejable reservar a los profesionales el uso de tales productos.