Cerca de 6.500 castellano-manchegos manifiestan por escrito los tratamientos médicos y cuidados que desearían o no recibir cuando no puedan comunicarlo personalmente

La vorágine del día a día hace difícil pararse a pensar en cómo será el final de nuestra vida o la de nuestros seres queridos e, incluso, sobre el destino de nuestro cuerpo o sus órganos. Hoy en día éste sigue siendo un tema tabú en nuestra sociedad que, progresivamente, se va abordando con ánimo de dejar constancia por escrito de las últimas voluntades, respecto a los tratamientos médicos y cuidados que las personas desearían o no recibir cuando no pudieran comunicarlo personalmente.
En la región este cambio de tendencia se refleja en las cifras registradas en los últimos años que han supuesto un incremento de un 35 por ciento en el número de declaraciones inscritas en el Registro de Voluntades Anticipadas de Castilla-La Mancha, pasando así de 455 en el año 2013 a 618 declaraciones en 2016.