Hoy vivimos una ola reaccionaria. Hoy tenemos todo un movimiento ultra de extrema derecha organizado que ha tomado el machismo, la negación y el antifeminismo como bandera. Un movimiento que amenaza con resquebrajas los consensos forjados en 2004 y fortalecidos a lo largo del tiempo. Un movimiento que humilla a las víctimas, que las llama mentirosas, que las relega al miedo y a la indefensión. Este movimiento está ya tomando decisiones en muchos ayuntamientos y en diputaciones y yo hoy vuelvo a apelar al consenso histórico. A aislar a estas fuerzas, a no dar un solo paso atrás y a no invisibilizar tantísimos años de lucha.