"Es un presupuesto que es básicamente el mismo que el que se presentó a principios de año. Tiene tres objetivos muy claro: mejorar la calidad de vida de los castellano-manchegos, lo que justifica que el 70 por ciento del gasto no financiero se destine a gasto social; un paquete muy importante de incentivos a la inversión empresarial para generar riqueza que podamos después redistribuir a través del presupuesto y hacerlo compatible con el control de las finanzas públicas, lo que nos está permitiendo reducir la necesidad de financiación, que seamos una de las Comunidades Autónomas que menos tarda en pagar a los proveedores y de las que menos ha crecido su endeudamiento".