La consejera de Desarrollo Sostenible ha afirmado que mañana, en la reunión en la que se analizarán las normas de explotación del Tajo, Castilla-La Mancha constatará que es solidaria, pero también que la situación climatológica y la infraestructura del trasvase son insostenibles. “Ha llegado el momento de cambiar las reglas del juego y adaptarlas con transparencia y flexibilidad a la situación real”, ha dicho, a lo que ha añadido que “si no hay agua para beber, no se puede trasvasar”. Ha terminado concluyendo que, con la tecnología que hay hoy en día, nos debemos sentar y definir este futuro, porque Castilla-La Mancha se merece ese respeto y contar con un “río sano”.