El jefe del Ejecutivo castellano-manchego agradeció la oportunidad que le brindó el alcalde de Valverde de los Arroyos, José Ramón Fernández, para asistir a una fiesta, verdaderamente, impresionante por la fiesta en sí misma y por Valverde de los Arroyos, un pueblo con una hospitalidad extraordinaria, enclavado en un entorno magnífico y que posee la espectacularidad de la Arquitectura Negra.
El presidente de Castilla-La Mancha, José María Barreda, valoró esta mañana, en Valverde de los Arroyos (Guadalajara), el esfuerzo y el mimo con los que este municipio guadalajareño ha preservado sus fiestas de la Octava del Corpus intactas a lo largo de 400 años.
El presidente del Gobierno regional realizó estas declaraciones tras asistir a la celebración de la Eucaristía y participar en la Procesión de la Custodia del Corpus hasta la era de la localidad, en la que los danzantes interpretan sus coreografías.
No es casualidad que Valverde de los Arroyos haya conservado estas fiestas desde hace cuatro siglos. Su antigüedad y el hecho de que se hayan preservado, prácticamente, fieles a sus orígenes les confiere un gran valor etnológico, que evidencia un sentido de una religiosidad muy profundo, argumentó el presidente Barreda.
Asimismo, el presidente Barreda manifestó su admiración por las danzas tradicionales que acompañan a la Procesión de la Custodia del Corpus en Valverde de los Arroyos y que se han convertido en la esencia de estas fiestas y en expresión de la religiosidad y del sentimiento espiritual de este pueblo, aseguró.
Por este motivo, el jefe del Ejecutivo castellano-manchego agradeció la oportunidad que le brindó el alcalde de Valverde de los Arroyos, José Ramón Fernández, para asistir a una fiesta, verdaderamente, impresionante por la fiesta en sí misma y por Valverde de los Arroyo, un pueblo con una hospitalidad extraordinaria, enclavado en un entorno magnífico y que posee la espectacularidad de la Arquitectura Negra.
Posteriormente, José María Barrea participó en un homenaje a los danzantes, durante el que se descubrió una placa conmemorativa en honor y asistió a la tradicional subasta de rosquillas.
A continuación, el presidente Barreda tuvo oportunidad de ver la representación del Auto Sacramental de Cucharón, que protagonizó el grupo teatral El Portalejo y participó en un encuentro con los alcaldes de las poblaciones de Hita, Alberto Rojo; Hiendelancina, Mariano Escribano; Condumios de Arriba, Pablo Martín; Hijes, Francisco Javier Homobono; Galve de Sorbe, Julián Estebán; Miedes de Atienza, Pascual Chicarro; Cabanillas del Campo, Luis Miguel Fuentes; Villares de Jadraque, Ángel Llorente; Campillo de Ranas, Francisco Maroto; Majaelrayo, Severino Moreno; Puebla de Valles, Julián Fernández; y La Huerce, Desgracias Lorenzo.
Los danzantes de Valverde se convierten el día de la Octava del Corpus en los protagonistas absolutos de la fiesta, ya que todos los actos se desarrollan en torno a su actuación. Están íntimamente ligados a la Cofradía del Señor y la primera referencia escrita de ellos que se conserva es en la Bula concedida en 1606 por el Papa Paulo V a la Cofradía, mediante la que obtuvo la concesión del permiso para danzar ante el Santísimo con la cabeza cubierta.
Los pasos de las danzas y la música que las preside se transmiten de forma oral de padres a hijos y, aunque se han recogido en varios cancioneros populares, los propios danzantes no las ponen por escrito porque confían en la transmisión oral como sistema para conservar la tradición.
Se representan tres tipos de danzas: de cintas, palos y de castañuelas; y en todas ellas el que marca el ritmo es el Pitero. Él se encarga de acompañar con el sonido del tambor y el pito los sones de palos y castañuelas que tocan los propios danzantes.