Los principios que inspiran las actuaciones en materia de atención a la ciudadanía, simplificación y calidad de los servicios públicos son inherentes y consustanciales al propio funcionamiento de la Administración de la Junta de Castilla-La Mancha.
Este enfoque por la calidad implica situar en el centro a las personas, a las empresas, autónomos y al resto de agentes que, para obtener los mejores resultados, debe tener en cuenta, en cada momento el entorno y una perspectiva concreta, clara y al mismo tiempo ambiciosa.
Para este propósito se cuenta con herramientas como los Planes Anuales de Calidad y Simplificación de Procedimientos, relativamente recientes, ya que a pesar de ser obligatorios desde 2012, solo se iniciaron en 2016 con el cambio de gobierno tras las elecciones de 2015 y que se vienen aprobando de forma ininterrumpida desde entonces.
Desde 2020, el Plan Anual de Calidad contiene dos grandes bloques de medidas, esquema que se mantiene también en 2023, que cuenta con 5 ejes y un total de 59 medidas.
La primera parte del Plan, se dedica a las materias más genéricas de calidad y gestionada por tanto directamente por la consejería de Hacienda, Administraciones Públicas y Transformación Digital, a través de su Viceconsejería de Administración Local y Coordinación Administrativa.
Por su parte, el segundo gran bloque, el llamado plan de medidas de simplificación y reducción de cargas administrativas está dedicado, como su nombre indica, a medidas más específicas: que son conjunto de acciones propuestas y gestionadas por las distintas Consejerías y organismos públicos.