El presidente ha destacado que “las obras en infraestructura sanitaria son enormes. Y podían ser más si no hubiéramos tenido que pagar las millonarias indemnizaciones que hemos tenido que afrontar, o por sentencia o por indemnizaciones pedidas por las empresas en las paralizaciones que se hicieron. Lejos de ahorrar dinero, lo que nos ha costado es mucho más. 1.100 millones comprometidos desde 2015”. En este sentido, ha detallado las “50 obras en marcha en centros de atención de primaria, y recuperados, porque estaban en proceso de cierre o cerrados directamente los CEDT, que son esenciales para los diagnósticos sobre todo especializados. En hospitales no les voy a hacer la enumeración porque lo saben perfectamente, y saben el ritmo que llevan. Pero, por ejemplo, que va a suponer, que además no estaba ni siquiera previsto en los proyectos iniciales, los hospitales que estamos haciendo. 37 quirófanos adicionales. Tengo el testimonio de algunos médicos que están visitando el de Cuenca y no se pueden creer lo que están viendo. Me resulta razonable, porque ver emocionado a los profesionales que están acercándose a ver las obras y que se emocionan, incluso alguno más que emocionarse, por ver cómo van, no a trabajar ellos, sino como van a poder mejorar la atención a los pacientes, es un síntoma de vocación verdaderamente extraordinario”.